Trinidad Aplicada
¿POR QUÉ DEBEMOS INTERPRETAR EL MUNDO A LA LUZ DE LA TRINIDAD?
La pos-modernidad es, en diversos aspectos, contraria a la imagen del Trino Dios.
Por Arthur Lupion
Muchos de nosotros desconocemos la expresión Imago societatis. Su concepto está relacionado a que la sociedad pueda reproducir la imagen de Dios. Creo que la gran mayoría de los cristianos estará de acuerdo con que la sociedad del siglo XXI está, en diversos aspectos, en un flujo contrario al de proyectar la imagen de Dios de manera colectiva.
Nuestro tiempo, al que aún llamamos pos-modernidad, fue diseñado como realidad líquida por su volatilidad. Si Bauman está en lo correcto, tan solo este aspecto ya confirma la tesis antedicha. Si nuestra sociedad vive en tiempos donde la verdad está en constante mutación, ya no podemos afirmar que esta sea la imagen de un Dios inmutable y fundamentado en absolutos.
Uno de los proyectos de este sitio es presentar 26 características de nuestro tiempo que son contrarias a la persona de Dios. Juan habló sobre eso: “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1 Jn. 5:19). Juan no está hablando de la condición caída de la humanidad, sino que el sistema de este mundo está bajo el poder del maligno.
A lo largo de los siglos, sistemáticamente, nuestras elecciones como humanidad nos llevaron donde estamos hoy, insertados en un sistema controlado por el maligno. Muchos de nosotros, cristianos, nos sentimos aprisionados, como si viviéramos en una jaula, en constante ansiedad y preocupación. La prisión que podemos vivir en la actualidad, como cristianos occidentales, no es física, sino emocional. El sistema de este tiempo, de modo general, nos ayuda a mantenernos en esta prisión invisible.
¿Pero cómo podemos vivir en este mundo, sin estar aprisionados al sistema actual?
La solución espiritual presentada por muchos es: ore, medite, lea la Biblia y todo saldrá bien. Muchos intentan hacer eso, pero acaban sintiéndose engañados y, finalmente, desisten de la vida con Dios. Eso porque, solamente orar y leer la Biblia es como “entrar en un tiroteo con un cuchillo”. Estas cuestiones son fundamentales, pero deben ser complementadas por el estudio profundo al respecto de nuestro Dios y por el entendimiento preciso de las complejidades del tiempo actual.
El proyecto, además de presentar características del nuestro tiempo y alertar sobre posibles prisiones, hablará de cómo las características del Trino Dios orientan nuestro comportamiento en una era donde nada más es sólido.
Dios es una Trinidad y a partir de quién Él es surgen todas las cosas. La Trinidad no es uno de Sus atributos, sino que en suma, quien Él es. Dios es el Padre, el Hijo y el Espíritu. Y por el hecho de que Él es estas tres personas le damos el nombre de Trinidad. Por lo tanto no es un atributo, sino un concepto que explica quién es Dios.
Cuando pensamos en un Dios unido en diversidad, un concepto que es citado muchas veces al tratarse de la Trinidad, consideramos a un Dios poseedor de una imagen diferente de la pos-modernidad.
Él está unido y es indivisible, no obstante, cada una de las tres personas posee una consciencia propia, pero en una unión eterna y permanente. Ellas no pueden desasociarse, fragmentarse o ser independientes. Están unidas, sin perder características, sin confusión o mezclas. Tres personas distintas con diferentes funciones, unidas en perfecta harmonía, desde siempre y para siempre. Nuestro tiempo, por otro lado, es líquido. Sus verdades están en constante transformación, está fragmentado y favorece el vivir de una manera independiente.
Para imitar a Dios, como Su pueblo, somos llamados a ser diferentes los unos de los otros, pero, de ninguna forma, nuestras diferencias deben conducirnos a la desunión.